La afasia se define como una pérdida adquirida en el lenguaje como resultado de un daño cerebral. Se caracteriza principalmente por errores en producción, fallos en la comprensión y dificultades para hallar palabras, aunque puede afectar de igual manera a la lectura, escritura y cálculo.

Puede producirse por diversas causas, Traumatismo Craneoencefálico, Ictus (ya sea isquémico o hemorrágico), tumores y enfermedades neurodegenerativas entre otras.

Existen distintos tipos de afasia, dependiendo de la localización del daño cerebral en el cerebro de la persona afectada, pueden ser afasias corticales, transcorticales o subcorticales.

Afasias corticales: Anatómicamente en el hemisferio izquierdo.

• A. de Broca o motora
• A. de conducción
• A. de Wernicke o sensorial
• A. cruzada
• A. anómica
•  A. global
• A. mixta

Afasias transcorticales: Localizadas por fuera del área perisilviana del hemisferio izquierdo.

• A. extrasilviana motora
• A. extrasilviana sensorial
• A. transcortical mixta

Afasias subcorticales: afectación de la zona subcortical.

EVALUACIÓN

Para diagnosticar un tipo de afasia lo principal es saber el área anatómica dañada junto a los síntomas manifestados, y acudir lo más pronto posible al profesional encargado de detectarlo, que es el logopeda.

Dependiendo de la clasificación de la afasia, tendrá más o menos afectados los componentes mencionados al principio (comprensión, expresión, escritura, lectura, cálculo)

El lenguaje se evalúa a través de pruebas estandarizadas o no estandarizadas.

• Pruebas estandarizadas: Existen bastantes test para evaluar cada una de las funciones del lenguaje, aunque generalmente debido al gran daño cerebral que encontramos en estos pacientes es difícil aplicarlas.
• Pruebas no estandarizadas: Mediante material sencillo como láminas, textos, dibujos, palabras, etc… podemos evaluar la expresión verbal, la comprensión, la lectura, la escritura, el cálculo y la movilidad facial. La observación es un elemento clave en nuestro trabajo como logopedas.

INTERVENCIÓN

Las sesiones de logopedia suelen durar entre 45 minutos- 1 hora, en la que se trabajan los distintos componentes del lenguaje, sobre todo los más afectados en el paciente en concreto.