silla de ruedas recorriendo pasillo

La neuropsicología es una rama de la psicología, cuya finalidad es estudiar y comprender el funcionamiento del cerebro y su relación con nuestro comportamiento. Este conocimiento lo utilizamos para ayudar a personas cuyo cerebro ya no funciona de forma óptima, debido a una lesión interna (Ictus isquémico o hemorrágico, tumores) o externa (traumatismos). 

Evaluación

Si nos adentramos en el campo de la clínica esta definición es mucho más concreta. Un experto en neuropsicología se encarga de evaluar cognitivamente a la persona, para detectar de forma objetiva y clínica, los déficits cognitivos que haya podido provocar la lesión, así como las funciones que aún están preservadas, para con base en ello establecer unos objetivos de intervención acordes a las necesidades e intereses de la persona.

Cuando hablamos de funciones cognitivas, nos referimos a los problemas de memoria, atención, concentración, capacidad para gestionar conflictos, elaboración de planes, entre otros, pero también trabajamos la labilidad emocional, la apatía o falta de motivación, y ayudamos a la persona a gestionar todas las emociones que se agolpan dentro de uno al vivir una experiencia tan traumática como la que viven tras una lesión cerebral.

Rehabilitación

Establecidos así los objetivos del plan de intervención, comienza la rehabilitación:

  • En un primer momento, en torno a los seis primeros meses, se trabaja con el planteamiento de recuperar las funciones perdidas, estimulando mediante ejercicios directamente el déficit, así si una persona presenta una amnesia verbal anterógrada, realizaremos actividades para fomentar el recuerdo verbal a corto plazo.
  • Conforme nos acercamos al ecuador de estos primeros meses, empezamos a apoyarnos en las funciones preservadas para sustituir a las que no se están recuperando al 100%; en este sentido, utilizaremos ejercicios que también cuenten con un componente visual para complementar la memoria  verbal. Se entrena al paciente para que utilice estas estrategias fuera de la consulta.
  • Por último, llegado el primer año tras la lesión aproximadamente, ya que dependerá de cada caso, empezaremos a utilizara recursos externos para compensar las funciones que de otra forma la persona no puede realizar, en el ejemplo, podríamos entrenar a la persona en el uso de una agenda física o electrónica para su día a día.

De esta forma, la persona, no solo va recuperando las funciones alteradas, sino que también va aprendiendo a vivir con los cambios que la lesión ha provocado en su vida. Es importante destacar que el experto en neuropsicología, además de trabajar sobre las funciones cognitivas, también acompaña emocionalmente a la persona en este proceso. A raíz de la lesión, muchos pacientes desarrollan una gran labilidad emocional y se sienten incapaces de controlar la expresión de sus emociones, y, en muchos casos, incluso de comprenderlas.

En definitiva, un neuropsicólogo acompaña a la persona en este camino de cambios y de incertidumbre ofreciéndole herramientas y comprensión para poder afrontar mejor la nueva vida que tiene por delante.

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